22 mayo 2007

Conectar los puntos

Primero de 3 relatos de Steve Jobs, dedicado para los que estén dudando qué hacer con su vida (y para los que están seguros también).
"Dejé la universidad de Reed tras los 6 primeros meses, pero luego seguí vagando por allí otros 18 meses, más o menos, antes de dejarlo del todo. Entonces, ¿por qué lo dejé? Todo comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era una joven soltera, graduada universitaria, que decidió darme en adopción. Ella tenía muy claro que debía ser adoptado por graduados universitarios, de modo que todo se organizó para que fuese adoptado al nacer por un abogado y su esposa. Excepto que cuando nací ellos decidieron en el último momento que deseaban una niña. Así que mis padres, que estaban en una lista de espera, recibieron una llamada en el medio de la noche preguntando: “Tenemos un niño no esperado, ¿lo queréis?” Dijeron: “Por supuesto”. Mi madre biológica se enteró de que mi madre nunca se había graduado en la universidad y que mi padre ni siquiera había terminado el bachillerato, así que se negó a firmar los papeles definitivos de adopción. Solo aceptó hacerlo unos meses después, cuando mis padres le prometieron que algún día yo iría a la universidad. 17 años más tarde fui a la universidad. Pero ingenuamente elegí una universidad que era casi tan cara como Stanford, y todos los ahorros de mis padres, de clase trabajadora, los estaba gastando en mi matrícula. Después de seis meses, no le veía ningún propósito. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y menos aún de qué manera la universidad me ayudaría a averiguarlo. Y aquí me encontraba desperdiciando todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Así que decidí dejarlo y confiar que las cosas saldrían bien. En su momento me dió miedo, pero en retrospectiva fue una de las mejores decisiones que nunca haya tomado. En el momento que lo dejé, ya no fuí más a las clases obligatorias que no me interesaban, y empecé a meterme en las que parecían interesantes. No todo fue idílico. No tenía dormitorio, así que dormía en el suelo de las habitaciones de mis amigos, devolvía las botellas de cola para obtener los 5 centavos del envase para comprar comida, y caminaba más de 10 Km a través de la ciudad cada domingo por la noche para comer bien una vez por semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba. Y muchas cosas con las que fuí topando al seguir mi curiosidad e intuición resultaron no tener precio más adelante. Os daré un ejemplo: en aquella época la universidad de Reed ofrecía quizás la mejor formación en caligrafía del país. En toda la ciudad universitaria cada cartel, cada etiqueta en cada cajón, era caligrafiado a mano de una manera bellísima. Como no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí tomar el curso de caligrafía para aprender cómo se hacía. Aprendí cosas sobre el serif y tipografías sans serif, sobre los espacios variables entre letras, sobre qué hace realmente grande a una tipografía. Era hermoso, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede captar, y lo encontré fascinante. Nada de esto tenía la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer ordenador Macintosh, todo volvió a mi mente. Y diseñamos el Mac con eso en su esencia. Era el primer ordenador con tipografía bella. De no haber asistido a ese curso concreto en la universidad, el Mac no hubiera tenido nunca tipos de letras múltiples o fuentes espaciadas proporcionalmente. Y como Windows simplemente copió a Mac, es posible que ningún ordenador personal las hubiera tenido. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no hubiera asistido a ese curso de caligrafía, y los ordenadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que tienen. Por supuesto, era imposible haber unido los diferentes puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en clase. Pero fue muy, muy claro al mirar atrás diez años más tarde. De nuevo: no puedes conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar que de alguna manera los puntos se conectarán en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Porque creer que los puntos se unirán te darán la fuerza para confiar en tu corazón. Esta forma de actuar no me ha traicionado nunca, y ha marcado la diferencia en mi vida."

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