Veo a mi padre...
...salir decidido por el arco de arenisca ocre, con los azulejos rojos destellando tras su cabeza como placas de sangre. Veo a mi madre, con unos cuantos libros en la cadera, de pie junto al pilar formado por diminutos ladrillos y la puerta de hierro forjado, todavía abierta, con sus afiladas puntas expuestas al aire.
Están a punto de licenciarse. A punto de casarse. Son unos críos. Son tontos. Sólo saben que son inocentes y que nunca harían daño a nadie. Me dan ganas de acercarme y decirles: '¡Alto! ¡No lo hagáis! Ella no es la mujer de tu vida, ni él tu hombre ideal. Acabaréis haciendo cosas que ni siquiera sois capaces de imaginar. Vais a hacer daño a unos niños y conoceréis el sufrimiento más profundo. Vais a querer morir.'
Me dan ganas de acercarme a ellos en aquella soleada tarde y decírselo. Pero no lo hago. Quiero vivir. Los levanto como a dos monigotes de papel y los golpeo entre sí por las caderas como si quisiera sacar chispas de dos esquirlas de pedernal. Les digo: 'Haced lo que vais a hacer y yo contaré lo que pasó.'"
Están a punto de licenciarse. A punto de casarse. Son unos críos. Son tontos. Sólo saben que son inocentes y que nunca harían daño a nadie. Me dan ganas de acercarme y decirles: '¡Alto! ¡No lo hagáis! Ella no es la mujer de tu vida, ni él tu hombre ideal. Acabaréis haciendo cosas que ni siquiera sois capaces de imaginar. Vais a hacer daño a unos niños y conoceréis el sufrimiento más profundo. Vais a querer morir.'
Me dan ganas de acercarme a ellos en aquella soleada tarde y decírselo. Pero no lo hago. Quiero vivir. Los levanto como a dos monigotes de papel y los golpeo entre sí por las caderas como si quisiera sacar chispas de dos esquirlas de pedernal. Les digo: 'Haced lo que vais a hacer y yo contaré lo que pasó.'"
0 Comentarios:
Publicar un comentario
<< Home