Viento
Siempre que lo necesito intento hablar con el viento. En una fría mañana de invierno, en una brillante tarde de otoño o en una cálida noche de verano puedo salir a buscarlo. Y si le pido alguna señal nunca me va a dejar nada más que un mar dibujado de olas altas y espuma o un camino plagado de grandes árboles quebrados, la principal razón por la que es temido.
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