05 mayo 2008

Alirón

"A finales del siglo XIX, en las minas de la cuenca vizcaína, el mineral no siempre tenía la calidad que los patrones exigían. Aunque el esfuerzo fuera el mismo, las mezclas del mineral eran mal pagadas. Casi a diario, de cada extracción se analizaba una muestra de la que dependía el salario de los trabajadores. Los días en que el hierro era de gran pureza, el operario inglés colgaba un letrero en la puerta de la mina donde se leía: “All Iron”. La paga entonces era doble y entre los trabajadores un grito era unánime: ¡Alirón! ¡Alirón!"